sábado, 22 de marzo de 2008

De vuelta a lo esencial


Qué es lo esencial en mi vida?


No es la primera vez que me hago esta pregunta; generalmente, la hago en medio o inmediatamente después de algún momento peliagudo. Pero esta vez me cuestiono sin que haya crisis. O al menos, luego de haberla superado.

Lo esencial para mi es aquello sin lo cual mi vida no tendría sentido. Los amigos, la familia. Pero también el buen cine, una buena lectura, una buena conversa, un vino y una buena compañia.

Será que al cumplir 30 mis neuronas sufrieron algún cambio en su funcionamiento regular o algún imperceptible daño. La cosa es que tengo 30 y veo como ciertos gustos, aficiones y hábitos ya no se mantienen. Para mejor eso si. Por ejemplo, ahora disfruto más el tiempo con mis amigos y amigas, me ocupo en "volar" y, simplemente, vivir. Como que antes me olvidaba de mi por largos periodos. Por eso, sentarme con un temazo, al caer la tarde, y leerme un buen libro es genial. O ponerme cómodo y disfrutar de una buena película es, en ocasiones, impagable. Será que me preocupo menos del tiempo, cuestión que antes me producía angustia porque tenía la sensación de hacerme viejo sin haber alcanzado todos mis objetivos. Sin embargo, qué gano preocupándome tanto del tiempo. Este pasará inexorablemente. Lo esencial es cómo. Y eso me resulta mucho más interesante. Puedo, al hacer el cambio en la manera de verle, avanzar igual de lento, pero, más seguro. No le veo pies ni cabeza amargarse la (breve) existencia con la plata o lo que pudo ser y no fué. Si un problema tiene solución, no es problema. Si no la tiene, tampoco.

Mantengo un par de metas a futuro, mas el foco de mi atención es ahora. Qué será de mi en 3 meses? ni idea. En 1 año? vaya a saber!

De los 20 hasta ahora la vida pasó muy rápido. Quiero llegar a los 40 disfrutando a full lo bueno y lo malo. A los 40, de llegar, me haré cineasta. Bueno sería!

La otra noche tuve uno de esos momentos memorables. Me junté con un par de amigos que no veía hace rato en un parque por la noche. Nos tomamos unas chelitas y compartimos un caño. No hubo necesidad de más; hablar, arreglar el mundo, reirse y reirse de nosotros mismos y de una que otra experiencia con féminas fué notable. Para qué más? en lo más sencillo está lo mejor. Por eso el día que tenga mi depto. estas reuniones serán una obligación y un infaltable en mi lista de esenciales.


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